Los pillé haciendo la siesta.
Estos patos se encuentran en el Parque de Cabecera, en la ciudad de Valencia. A diario, niños, turistas y jubilados pasan el rato alimentándolos, cebándolos bien. Al llegar la Navidad sospechosamente los patos desaparecen, y no porque emigren precisamente.

Je, je. Es lo mismo que pasa aquí, con los patos de la catedral de La Laguna. Se ve que es época de migraciones...
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